Petición

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Me acecha sin yo advertirlo, su mirada, su aliento de tinieblas que arrasan mi luz, su hedor poderoso que empuja mis emociones al acantilado de la desesperación, yo sostengo mi umbrela mientras cae la lluvia y las gotas atraviesan y se deslizan por mi rostro y mi pecho. Oh mador, oh ceniza impoluta del infierno que flotas bajo mi nariz y ante mis ojos.

Eres la muerte súbita, eres el suspenso apretado en los espacios entre líneas, tu beso es górgoro de agua en la boca de una petunia purpura que se afiebra bajo el sol. Oh mi rostro tan pálido, amor, tan sin nombre ni luz propia para llamar a tu mirada, mejor venga la muerte en tu lugar y me aplaste, mejor sea la soledad el bálsamo apaciguador de mi desamor virulento, peor el olvido de tu parte hacia mi nombre escrito en estrellas sobre tu cielo diurno, tan oscuro ese cielo al anochecer y mis iniciales se pierden entre galaxias más antiguas y brillantes. No hay descanso en esta muerte que sobreviene a la pena, pues el corazón retiene el recuerdo como barco al puerto y y el reo a las cadenas, di cuándo amor, y seré yo tu camino, seré la opción, seré el fuego abrasador sobre tus labios, me volveré de agua para sentir tu cuerpo en las mareas, para penetrar tu cuerpo por donde el alma se anida en carne, sangre y huesos. Di cuándo y seré lo que estas buscando para sosegar tu sexo hambriento que no conoce el sabor del mío, di cuándo y tus labios serán una fruta con dinamita lamida con dulzura por mi lengua, será entonces cuando vislumbrarás el sentido, entenderás el poema, pasarás de mi cuerpo y el verbo será útil entre nuestras pieles.

 Joaquín Toro

Versos libres

2 Comments Add yours

  1. verosi28 says:

    Esas rosas me jalaron la mirada! El escrito aun mas! felicitaciones!! 🙂

    1. muchas gracias, de verdad. 🙂

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